Desearia tener una foto de Avelino Monge, para que ilustrara éste parrafo, pero por desgracia no la tengo y os tendreis que conformar con unas líneas, para que todos sepais quien era a mi forma de ver Avelino.
En el mes de noviembre de 1950 llegamos a Sagides (Soria) procedente de Villaseca de Henares (Guadalajara) nuestros enseres venían cargados en un camión, habia que descargarlos y subirlos a un segundo piso y allí estaba Avelino para ayudarnos, era un hombre fuerte, joven y servicial, fue el primer contacto que tuve con él, yo era un niño tenia 12 años y ya me hizo gracia la forma de hablar y disponer la descarga y colocación de los muebles en la casa, después aunque él era mucho mayor que yo tuve con él innumerables conversaciones, sus hijos eran más pequeños que yo, Sole es la mayor y Aurélio era el pequeño.
Mi padre decia que Dios le librara de el día de las alabanzas, pues normalmente cuando fallece una persona salen todas sus virtudes, en algunas ocasines esas virtudes no son verdad, en el caso de Avelino hay que decir que era una buena persona, que era capaz de perder en algunas cosas para no enfadar a la otra persona.
Termino dando un abrazo de consolación a su espasa Rosario y a sus hijos Sole y Aurelio
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