lunes, 10 de diciembre de 2007

CAPÍTULO- 8 -SAGIDES



De pie Constantino,Indalecio,Manolo Aguilar, Manolo Ramos (mi hermano) el Cele, Juan Antonio, el Sotero, agachados Jesús, Segundo, Juan ( secretario ) el Cosicas ( el niño y el último de la guitarra no recuerdo sus nombres ). El de la guitarra creo que es el Paco del tio Fonso


Esta foto me la ha enviado mi hermano Manolo, la he adelantado a la fecha que corresponde, por que me ha hecho mucha ilusión, y queria que todo el mundo la viera lo antes posible , corresponde al tercer día de fiesta del año 1951, que según tradiccion era el día dedicado a los casados, aunque en la foto había mucho moscón soltero, el Sotero y la Basilisa cuando yo llegue al pueblo estaban fuera y regresaron en primavera junto con sus dos hijos Marcos y Toñin.




A


La primera foto soy yo en 1952, la segunda es mi hermano Manolo en 1946, la tercera es mi hermano Luis en 1954, la cuarta es mi hermano Luis en 1958, la quinta es mi madre en 1951, la sexta soy yo en 1963 y la septima es mi padre en 1924.


El mes de Enero de 1951, hizo bastante frio pero lo soportabamos dando grandes paseos por los bonitos parajes que tiene Sagides, yo como no tenia nada que hacer algunas veces hasta me iba solo a las Chorroneras aunque nevara, otras veces me iba con el Cándido ( que en aquella época era mi mejor amigo ) a su pajar que estaba en lo mas alto de las eras, y luego jugábamos al frontón, los domingos jugaban las personas adultas, recuerdo, al Abelino ( que siempre jugaba en el centro ) al cucho, el Angel del tio Fonso, El Vicente del tío Marcelino, el Antonio y Cesáreo de la tía Jenara, el Juan de la Tía Valeriana, el Juanito de la tía Saturnina, el que contaba los tantos era el tío Serapio, siempre animaba al Angelillo.


En el mes de Febrero, exactamente el día de San Blas, se celebraban los "aguilandos" como decian en Sagides, íbamos de casa en casa pidiendo y con lo que nos daban hacíamos una comida y una cena, lo hacíamos en la escuela y era un día muy bonito para todos los niños y niñas del pueblo, la que no lo pasaba muy bien era mi madre, tenia que hacer la comida y la cena y poner un poco de orden, en el mismo mes hacían los "aguilandos" los mozos, ellos normalmente lo celebraban en casa de la Aurora del palacio y aunque lo pasaban bien tenian el problema de que no había apenas mozas, que yo recuerde solo vivian en el pueblo, la Juliana, la Pili, la Inés, la Marina y la Angeles, asi las que tenian mi edad o poco mas se hicieron mozas antes de tiempo.
Una vez pasados los "aguilandos de los niños y los mozos" aun había un fiesta de las llamadas botadas por el pueblo era el día 24 de Febrero Santo Matias ( los viejos del lugar decían por Santo Matias igualan las noches con los días ) el día dos de Febrero era la Purificación de nuestra Señora patrona de la iglesia, este día solo se celebraba una misa dedicada a la Patrona, en los proximos meses de Marzo y Abril hubo cambio de secretario y de cura, Don Alfredo y su familia abandonaron Sagides para irse a otro pueblo de la provincia de Burgos que se llamaba Sotillo de la Ribera su sustituto fue Don Juan Martinez, un hombre joven y muy amable con todo el mundo, y el cura Don Justo también marcho a otro pueblo, su sustituto fue Don Felix Ruiz un hombre ya mayor que le había quitado el caballo a Don Quijote, lo digo `por el gran parecido que tenían ambos animales, el pobre caballo estaba en los huesos, pero al cura le servia para ir a Chaorna, ya que este sacerdote vivió en Sagides, tenia una criada que le decían la "rolleta" yo seguia siendo monaguillo, el sueldo aumento, como teníamos que ir todos los días, para tocar los pertinentes campanazos anunciando la misa y después ayudar a la celebración de la misma, al principio nos daba diez céntimos a cada uno pero después acordamos con él que el dinero que se recaudara por responsos se repartiria en cuatro partes, pero no iguales el sacristán y el cura se llevaban tres cuartas partes y entre el Antonio y yo una cuarta parte, o sea que entre el sacristán y el cura se llevaban el 75% y los monaguillos el 25%, en fin un sueldazo con el cual podíamos comprar algún caramelo, eso cuando los responsos eran generosos, por Semana Santa solían ir los Victorinos, era un hermano del Lucero que según se ve tenían mucho dinero, en los oficios de Semana Santa se decían responsos y este Sr. siempre soltaba 500.-pts. y su esposa 50.-pts., pero eso se lo apalancaba el cura diciendo que era para el Seminario, en fin son historietas que aunque no son bonitas gusta recordar.


En mi casa siempre teníamos una persona que ayudaba a mi madre, pues ella entre la escuela y hacer la comida tenía bastante, yo le ayudaba ( por eso el secretario y algún amigo mas me decían la marmota ) cosa que me sentaba como un tiro, pero tenía que aguantarme, por la mañana le hacía la lumbre y le ponia a calentar el agua para el café y después me iba a tocar a misa, mas tarde si tenía que pelar patatas allí estaba mi menda con el cuchillo dale que te pego, al final hice un trato con mi madre como segundo empleo, el trato consistía en que yo hacia todas estas cosas y me daría 5.- pts. todos los meses, de esta forma iba reuniendo algún dinerillo para cuando salíamos de vacaciones en el verano, hubo varias personas que le hacían las faenas a mi madre, pero la que mas gracia nos hizo a todos fue la Conchita debía tener once años, un día se presentó diciéndole a mi madre que su hermana Angelita estaba enferma, que si le daba igual que fuera ella, el caso que su hermana se puso buena y ella siguió, le decíamos la mujercita en pequeño, cuando terminaba de arreglar la casa se iba a la escuela era una delicia de criatura, mi familia siempre la ha querido mucho, soy el único que queda en pie de mi familia de aquellos tiempos y me gustaría verla y charlar con ella, a su hermano Cecilio siempre que lo veo le pregunto por ella.


Llegó la fiesta del pueblo, venían los gaiteros y se hacía una misa cantada, retornaban casi todas las mozas que estaban fuera, por ejemplo la Marcelina, sus hermanas Cándida y Juanita y algunas mas que no recuerdo, las niñas de mi edad ya se setian mozas y como no había muchas chicas ya bailaban con los mozos y nosotros, como suele decirse "a escarbar, la escasez de material femenino hacía que el baile no fuera muy numeroso, a unque iban gente de otros pueblos.


La costumbre del pueblo era que cuando uno se hacía mozo tenía que pagar la entrada de mozo y las chicas el jarrillo, yo no pagué pues cuando me hice mozo estaba estudiando en Huelva y solo iba por las vacaciones de Navidad y ya me consideraban como si hubiera pagado la entrada.


En estas fiesta mis afines por las chicas del pueblo no había cambiado, aunque como los mayores iban detrás de ellas, por eso ni a mi ni a mis amigos nos hacían caso, el ejemplo es claro, que ninguno de los mozuelos de entoces se caso ni tuvo novia en Sagides, luego ocurría que en cuanto tenían edad se marchaban del pueblo y la verdad que cuando regresaban venían hechas un primor.


El verano de 1951 lo pasamos en el pueblo, ( mi hermano Manolo aún estaba en la mili), la costumbre de que los ganaderos vendieran la carne por riguroso turno, nos hacía madrugar para que antes de que se marcharan al campo coger la carne que teníamos encargada, las tripas del cordero también las tenían que comprar por riguroso turno, ( el chiste que se contaba era el siguiente, tía fulanita le ha todado el mondongo y la tía fulanita contestaba no, es que mi marido se ha lavado los pies ), después de recoger la carne y llevarla a casa me iba al campo con un libro y en cualquier paraje a la sombra me ponía a leer, y cuando regresaba ya estaban los pastores dispuestos para una partida de frontón, recuerdo al Valentín de Chaorna, al pastor del tìo Gregorio, que se llamaba Gonzalo, organizabamos unas partidas de frontón y después comprábamos una gaseosa en casa del Eloy, que ya vivia en el Ejio, y no las bebiamos en el,callejón cerca de la casa del tío Nicasio, donde se estaba muy fresco ( el Gonzalo era natural de Alconchel).



Por las tardes me iba a las eras, unas veces a la del tío Fidel con su hijo Antonio,me ponía a trillar y se me pasaban las tardes volando, otras veces me iba a la era del Cándido y le acompañaba a acarrear la mies y otras veces intentaba segar, pero no se me daba muy bien, en los veranos el pueblo estaba vacio, ya que todo el mundo se marchaba al campo a segar o acarrear, también tenían que regar los pedazos que estaban cerca del río, estaban sembrados de patatas, judias, alfalfa, remolacha, pepinos, tomates, berzas y otros productos que no recuerdo, lo que le llamaban el hondo era tierra bastante fértil, por el día regaban la parte de arriba y por la noche la parte de abajo (el motivo era que el agua tenía que pasar por la fábrica para producir electricidad ), para quedar bien con todo el mundo algunos días recorria otras eras como la del tío Fonso y algunas mas.


Creo que fue este verano cuando se caso la Juanita del tío Felix con el Dionisio de la tía Petrilla, se quedaron a vivir en el pueblo, en la calle de los Huertos, creo que era la casa en que vivia la tía Villalaina, ya que estoy hablando de la Juanita seguiré contando las cosas que recuerdo de ella y su marido, al verano siguiente estaba embarazada y no faltó ni un solo día a todas las labores del campo, entonces la vida era así, en el bautizo de la niña recuerdo que a demás de la chocolatada y dulces, como asistió gente joven como era la Marina, Don Juan (el secretario ) y algunos mas se hicieron bromas y cantamos en honor de la niña, esta familia marchó del pueblo ( recuerdo una vez que fui de Huelva fue a casa a despedirse y me dijo Vicentín tu y yo ya nos veremos poco, pues como los dos estamos fuera será una casualidad que coincidamos, tenía razón no la he vuelto a ver).
Cuando ya iban amainando las labores del campo, la plaza de la Iglesia y el Ejio se llenaba de gente por la noche a contar chascarrillos y cosas pricipalmente de la mili, ya que por aquel entoces era donde podía salir la juventud, yo tenía amistad con todo el mundo pero en particular ( me refiero a las personas mayores que yo ) con el Seve que ya ejercia de barbero, con el Monolo de la tía Maria, el Jesús, el Benja etc.,también hablaba bastante con el Lazaro, el Juanito del tío Benito y los dos hijos de la tía Valeriana el Vicente y el Juan, aunque me gustaba hablar y llevarme bien con todo el mundo, recuerdo, que estábamos suscritos a una revista que se llamaba la gaceta del opositor, donde venían todas las opososiciones que convocaba el Gobierno y el Antonio ( el More ) siempre me la pedía para ver si se podía presentar a alguna , ya que estaba deseando salir del pueblo, era también muy buen amigo mio, de niñas ni las nombro pues parecía que estabamos en un manasterio de frailes.
El día de San Roque, se celebraba mucho en el pueblo, se empezaba el día con una misa y la procesión de San Roque por casi todo el pueblo, salía por la calle Catarranas, el Ejio, la calle de los Huertos, la plaza de las Cabras y por el callejón del cura de nuevo a la iglesia, después de misa se empezaba a beber y comer la consabida sopeta ( ya no recuerdo el sabor que tenía, pero si recuerdo los efectos que pruducía sobretodo si abusabas un poco de ella ), era una fiesta muy bonita y siempre estaba muy animada, el que no se animaba era porque no quería, pues con unos trozos de pan empapados en aquella mezcla animaba al mas triste.
A primeros de Septiembre instalaban cerca del río la caldera para extraer la esencía del espliego, casi todo el pueblo se dedicaba a traer cargas de espliego y lo vendían al Sr. que se encargaba de la destilería , la extracción cosistía en llenar una caldera de ramas de espliego con un poco de agua, se hacía hervir el agua, pasaba el vapor por unas tuberías que al cotacto con el agua se volvia de nuevo liquido saliendo el mas espeso aun recipiente y el mas liquido a otro, la esencia caía al recipiente con un olor muy agradable. es decir el olor se extendía a toda la zona, daba gusto pasear por allí.
En el mes de Octubre, el que era mi mejor amigo a sus trece años lo contrataron de pastor de ovejas, por lo que estaba todo el día por el campo cuidando el rebaño ( guardaba las ovejas de la tía Dionisia ( la madre del nene ), por las noches iba a dar clases con mi madre, yo algunos días salía al campo a pasar un rato con él, el Antonio de la Carmen también guardaba ovejas, pero creo que eran suyas, había también mujeres que realizaban este duro trabajo y a veces hasta niñas, entre doce y quince años, eran tiempos en los cuales todo el mundo tenía que poner su trabajo, aunque no fuera adecuado para su edad, en la actualidad afortunadamente con esa edad lo único que se hace es estudiar.

Asi que la cuadrilla de niños de mi edad se limitaba al Antonio del tío sastre, por esta razón, nos tuvimos que unir a los mas pequeños, como eran el Marcos de la Basilisa, el Gregorio de la Maximina, el Cecilio de la Barbarilla, el Teofilo de la Martina, el Tito de la Pilar, en el recreo jugábamos al fútbol y por la tarde después del rosario ,nos íbamos a una cueva pequeña que había debajo del cementerio, encendíamos una lumbre, asabamos patatas y algunas dìas hacíamos la barbaridad de fumar un cigaqrrillo, el tabaco recuerdo de donde venía, pero no lo voy a decir, después nos íbamos a casa a cenar las patatas viudas y los torrendos ( como dicían ahí )que nos preparaban nuestras madres, y de postre algunas veces naranja y otras viento, pues los buñuelos del mismo nombre se habían marchado.

En estos meses se recolectaban las nueces y algunas uvas, la costumbre de los niños era robar fruta, de esta costumbre tengo dos anedoctas graciosas, una de ellas tenía que ver con las uvas, otro amigo y yo fuimos a coger uvas a un huerto que tenía el Juanito de la tía Valeriana, cuando estábamos comiéndolas llego el Juanito silenciosamente y cogió a mi amigo por el pecho, el susto fue tal que el pobre se hizo pipi encima, no digo el nombre de mi amigo para que no se avergüence, la otra tenía que ver con las nueces, ( mi madre me hizo un pantalón bombacho de uno viejo de mi hermano Manolo ) fuimos unos cuantos niños a unos nogales y nos metíamos las nueces en los bolsillos, pero yo los tenía rotos y las nueces se quedaron en la parte baja del patalón bombacho, en aquel momento apareció el dueño del nogal y echamos a correr pero como yo llevaba unas pocas nueces en el borde del pantalón empezaron a sonar y se me enredó una pierna con la otra y el duño me pilló, no quiero decir quien era el dueño pero tuve que pagarle cinco pts. para que no se lo comunicara a mis padres.

El día de todos los Santos era costumbre de ir a pagar en casa de los ganaderos la carne que habíamos consumido durante el verano, los que vendían la carne lo apuntaban y quien la compraba también en nuestro caso siempre coincidimos en la cantidad, el precio por kilo era de dieciséis pts. ( la calidad que tenía aquella carne en cualquier carniceria costaba el doble ) de esta forma nos íbamos adentrando en otro invierno ( como decían los mas viejos del lugar, tenemos nueve meses de invierno y tres de infierno ), no les faltaba razón, pero el tiempo iba corriendo para que llegara otra Navidad, pero antes teníamos dos fiestas una el día de Santa Barbara y otra el día de la Inmaculada.

La Navidad fue mas o menos como el año anterior, las dificultades económicas seguían siendo bastante malas en la mayor parte de los habitantes del pueblo, hambre no se pasaba pero había muchas necesidades primordiales que no se podían cubrir, la ropa la aprovechábamos al maximo, tampoco había muchos medios para adquirir libros y los que había los releíamos un monton de veces hasta apredérnoslos de memoria , terminó el año 1951 y entramos en 1952, esperando que fuera un poco mejor que el año anterior.

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